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La pequeña Jersey Vargas,
quien viajó al Vaticano y le pidió al papa Francisco que intercediera
para frenar las deportaciones encontró, a su regreso, el mejor regalo:
su papá
Mario Vargas se encontraba en el
Aeropuerto Internacional de Los Ángeles esperando a su hija cuando
llegaba del Vaticano, quien durante su viaje, se acercó al Papa
Francisco para pedirle ayuda.
Jersey, con lágrimas en los ojos
abrazó fuertemente a su padre afirmó que se siente muy feliz porque, por
fin, su familia ya está unida.
Mario Vargas López
quedó libre bajo fianza de un centro de detención en Louisiana tres días
después de que su hija de 10 años pronunció su mensaje al Papa.
Jersey Vargas era parte de una
coalición del sur de California que viajó a la Ciudad del Vaticano el
miércoles para entregar cartas al Papa de los hijos de padres
indocumentados.
La delegación esperaba convencer al
Papa para discutir la reforma migratoria en su visita con el presidente
Barack Obama, dos días después.
Vargas López fue arrestado en Tennessee en septiembre por un cargo al conducir ebrio y cumplió una condena de seis meses.
Tras su liberación, fue detenido
por EEUU de Inmigración y Aduanas y recluido en un centro de detención
de Luisiana hasta que pudiera comparecer ante un juez para un proceso de
deportación.
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